Método de regulación de presión del aire comprimido

El aire comprimido, como sabemos, es una forma de energía que debe ser regulada y utilizada de forma eficaz y eficiente. Para ello, en una instalación neumática son fundamentales los valores de presión y caudal, ambos, regulables y definibles en tiempo y forma para cualquier aplicación.

El caudal es la cantidad de aire que suministra o produce nuestro compresor en una unidad de tiempo definida por una sección determinada. En nuestro caso, habitualmente se habla en unidades de litros por minuto o litros por segundo, aunque hay fabricantes que varían la unidad de tiempo. El caudal vendrá definido por los diferentes puntos de consumo a lo largo de nuestra instalación, el sumatorio de todos esos consumos nos definirá el caudal necesario de su instalación.

En cuanto a la presión, al igual que ocurría con el caudal, es un valor ajustable, si bien, en la industria actual, los valores de presión más habituales rondan los 6,5 o 7 bar (unidad de medida). Esta presión debe ser regulada de forma coherente, es decir, tan perjudicial es trabajar con una presión demasiado elevada como una presión insuficiente, que no sea capaz de accionar los diferentes elementos neumáticos existentes.

Para regular la presión, el punto inicial es el compresor, en él, podemos definir la presión máxima y mínima que produzca el equipo, de forma que a la salida del compresor tendremos un valor constante de presión. En los equipos de velocidad variable, esta presión se marca con un setpoint (o punto de referencia), el compresor modulará la producción de aire para mantener este valor constante. En los compresores de carga/descarga, se fijarán una presión de carga (mínima) y una presión de descarga (máxima) de forma que el aire producido siempre estará dentro de esa banda de presión.

Otra forma de regular la presión es mediante la instalación de reguladores de presión, esos aparatos reciben el aire de la red a una presión determinada y, a la salida de los mismos, dicha presión será la marcada en el regulador. Estos aparatos soy muy útiles cuando tenemos diferentes presiones de trabajo a lo largo de nuestra red. Supongamos una red de aire que dispone de dos puntos de consumo, uno a 7,8 bar y otro a 6,5 bar. La red de aire se puede definir a 8 bar, de forma que, en cada punto de consumo, instalaremos reguladores de presión a 7,8 y 6,5 bar, respectivamente, asegurando de esta forma que la presión de trabajo es la correcta.

En definitiva, el aire comprimido es una forma de energía que debe ser regulada para que nos ajustemos a las necesidades reales de cada aplicación, un exceso o defecto de presión y/o caudal va a provocar que nuestra instalación, además de poder ser peligrosa, no sea eficiente.

Método de regulación de presión del aire comprimido