Desde hace mucho tiempo, el aire comprimido ha formado parte del mundo industrial y es por ello que, en algunas ocasiones, no recaemos en la importancia de determinadas características que consigan que nuestra instalación sea eficaz y eficiente.
Conozca sus requisitos de pureza en el aire
No nos debería bastar solo con producir aire comprimido. El aire comprimido va a ser el fluido que circule por el interior de maquinaria, instalaciones e incluso productos. De ahí que, siguiendo la normativa actual, debamos poner en valor la calidad de nuestro comprimido como un factor básico a la hora de dimensionar y diseñar una red de aire.
A la hora de estimar qué calidad de aire vamos a producir, es más importante hacer la pregunta en sentido contrario, es decir, conocer qué calidad precisamos o requerimos y, a tenor de esto, dimensionar nuestra fase de producción de aire, calcular una red de aire apropiada y disponer los elementos necesarios de aplicación de nuestro aire comprimido.
La ISO 8573-1 nos define, de forma técnica y tangible, los posibles agentes que deterioran la calidad de nuestro aire comprimido. Una vez definida la cantidad máxima que pueda contener nuestro aire, debemos disponer los medios de tratamiento adecuados, a saber:
- Agua: principal componente causante de oxidación y corrosión de elementos metálicos. La eliminaremos mediante tratamiento frigorífico o unidades decantadoras de agua
- Partículas sólidas: todo tipo de impureza sólida que pueda formar parte del aire comprimido. Las eliminaremos mediante diferentes elementos de filtración.
- Aceite o derivados: muy limitados en la industria alimentaria por el contacto con los productos fabricados. Lo eliminaremos mediante diferentes elementos de filtración.
Desde EnergyAir, disponemos de los medios necesarios para auditar su instalación neumática existente y poder ofrecerle las mejores soluciones para que su aire comprimido goce de la calidad máxima al menor coste posible.
