Un compresor de aire es una máquina que, mediante un accionamiento por motor eléctrico, genera la compresión de un determinado volumen de aire, aumentando la presión de este hasta la presión deseada. Esta compresión se realiza por diferentes tipos de tecnologías, aunque las más utilizadas actualmente son el tornillo y el pistón.
De forma general, un compresor está compuesto por:
- Motor eléctrico, que genera el movimiento necesario para accionar el elemento compresor del mismo
- Elemento compresor, dispositivo mecánico que realiza la compresión del aire, aumentando su presión al reducir su volumen
- Circuito hidráulico, que se encarga de la refrigeración y lubricación de todas las partes que componen un compresor
- Circuito eléctrico, conformado por todos los elementos que desarrollan el funcionamiento eléctrico de un compresor
Sistema de aire comprimido
El aire comprimido, una vez que ha sido producido, debe ser transportado hasta los diferentes puntos de aplicación dónde sea preciso, para ello, se debe disponer de una red de tuberías y conducciones que permitan su transporte de forma segura y fiable. Esta conducción también está compuesta por dispositivos que permiten el uso del aire y su conexionado con otros elementos de la red.
Elementos de regulación y control
El aire comprimido posee dos valores que son críticos, y a la vez fundamentales, como son el caudal y la presión. Ambos, aunque independientes, están íntimamente ligados el uno con el otro, de forma que su combinación debe ser la idónea para que aplicación del aire sea la que nuestro consumo necesita. Cuando hablamos de caudales, en el portfolio habitual de EnergyAir disponemos de equipos que generan desde 2 litros/segundo hasta 350 litros/segundo; mientras que los valores de presión estándares de la industria no suelen exceder de los 13 bar de presión.
Sistema de tratamiento de aire comprimido
Una vez que producimos aire, el propio aire se encuentra con partículas e impurezas que pueden provocar averías y/daños en los diferentes elementos que conforman la red neumática. Estos materiales que transporte el aire han de ser tratados y eliminados para obtener una calidad adecuada de aire. Todo esto amparado bajo la norma ISO 8573:2010, qué control y regula los valores máximos de determinados componentes que están presente en nuestro aire comprimido.
