¿Conoces la normativa aplicable a la calidad del aire comprimido que usa en su industria? Gracias a la norma ISO8573:1 podemos controlar y medir esta calidad Cuando comprimimos aire, también comprimimos todo aquello que se encuentra en la unidad de aire ambiente que hemos comprimido, incluyendo agua, partículas y demás elementos físicos que pueden generar un daño en nuestro compresor y una contaminación del aire que vamos a utilizar después.
En el caso del agua en el aire comprimido, estamos hablando de uno de los mayores enemigos, ya que la gran mayoría de elementos y artefactos que constituyen el mundo industrial son de origen metálico, por lo que la corrosión está muy presente. Para eliminar la humedad del aire comprimido existen diferentes procesos, entre los cuales, destaca el secado de adsorción.
¿En qué consiste el secado de absorción?
Este proceso se basa en el proceso físico por el cual, un material gas o líquido soluto se acumula en la superficie de un sólido, creando así una película molecular o atómica. En nuestro caso, nuestro material gas o líquido será el agua, que será acumulada en la superficie de un material determinado, instalado en los secadores de adsorción. El material del que hablamos es una perla desecante, con una cantidad de poros superior al número de brizas de hierba que puede haber en un campo de fútbol, de ahí su capacidad. Las perlas van atrayendo la humedad y se van saturando, hasta llegar a un punto en que no puede adsorber más agua, en ese momento, se realiza un proceso físico de eliminación de esa humedad y restablecimiento de la capacidad física del material.
Una de las mayores ventajas de las que gozan estos equipos es el PRP (punto de rocío a presión) que pueden llegar a alcanzar, que puede llegar a los -70 °C. Esta cualidad, les permite ser muy útiles en industrias alimentarias, producción de materiales cerámicas, tratamiento de aire para su uso con productos químicos, industria textil…
